Luis Bernal, MPP, trabajando como experto en desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas y especialista en evaluación de proyectos de desarrollo trabajó en la evaluación final del desempeño del Programa Boliviano de Productividad y Competitividad, junto con los colegas Milton Nuñez-Garcés, líder del equipo y Sergio Villaroel Böhr. Los tres trabajaron para la compañía International Business & Technical Consultants, basada en Vienna, VA, Estados Unidos, la cual a su vez fue contratada por USAID.
Los criterios aplicados para la evaluación del desempeño programa, de acuerdo con las directrices de USAID, fueron los de: Relevancia, Efectividad y Sostenibilidad.
La evaluación analizó todos y cada uno de los objetivos del programa que eran: (1) mejorar la competitivdad y productividad de ciertas cadenas de valor, (2) Fortalecer organizaciones locales que apoyan el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas, (3) Promover el diálogo entre actores clave para mejorar el ambiente de negocios y la competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas y sus respectivas cadenas de valor, (4) apalancar financiamiento desde el sector privado, el gobierno y tras organizaciones.
El proyecto fue desarrollado a escala nacional y se enfocó en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra, Tarija and Chuquisaca, con énfasis en los sectores de textiles y confecciones, maderas y muebles, alimentos procesados, productos naturales y artesanías.
Artesanos, microempresas, tanto como pequeñas y medianas empresas y asociaciones empresariales recibieron asistencia técnica, consultoría, capacitación gerencial, formación de los trabajadores, promoción comercial, ferias, ruedas de negocios y mejoramiento de procesos de manufactura.
Financiado por USAID en 2009, el proyecto fue ejecutado por la compañía internacional Chemonics, Inc. con un pressupuesto estimado de US $ 9,771,913 para cuatro años. Sin embargo debido a dificultades geopoliticas derivadas de las difíciles relaciones entre los gobiernos de los Estados Unidos y Bolivia, el tiempo del proyecto fue reducido a 3 1/2 años y el presupuesto disminuido en 18%, en un contexto en que todos los programas de desarrollo económico financiados por los Estados Unidos fueron desapareciendo de Bolivia a principios de 2013.